Estado chileno, un obeso mórbido

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En todas las corrientes políticas parecen estar empeñados en convertir a Chile en el paraíso de los burócratas.
Increíblemente, ante el silencio de quienes debieran advertir esto, al menos aparecen voces de alerta de quienes uno menos lo espera.
A continuación me permito transcribir un comentario de Jorge Schaulsohn en una acertada intervención que, en este caso, comparto plenamente:
"Se tramita en la Cámara de Diputados la ley que crea el ministerio de la Juventud y del Deporte. Considerando la nefasta experiencia del Instituto Nacional de la Juventud (INJ) creo que es un grave error este nuevo ministerio. Desgraciadamente, la iniciativa está siendo aprobada por la unanimidad de los diputados ante los aplausos en las tribunas del Parlamento, repletas de funcionarios del INJ.Para empezar, creo que los ministerios de la juventud son instituciones fascistoides que no deberían existir en una democracia moderna. Como lo demuestra la experiencia del INJ, éstas sólo sirven para que los dirigentes juveniles de los partidos político en el poder tengan pega y promuevan sus carreras políticas mediante conferencias de prensa inútiles. Además fomenta el más espantoso cuoteo. Transformarlo en un ministerio sólo abrirá aún más el apetito de estos personeros por tener acceso a las prebendas propias de tan alto rango. Otra cosa totalmente distinta son las políticas públicas dirigidas a los jóvenes, pero ello no requiere de más burocracia. Fondos concursables para proyectos concretos asignados de forma transparente, eso es lo que se necesita.Igual cosa con el deporte. Elevar a Chiledeportes a la categoría de ministerio no le cambiará en nada la vida a los deportistas. Si la institución que existe se manejara con criterios técnicos adecuados, debería ser más que suficiente para promover el deporte en Chile.De hecho, sobran, no faltan ministerios. ¿Quién dijo que el vocero de gobierno tenía que ser ministro(a)? (antes no lo era). ¿Para qué sirve el ministro de Economía, en circunstancias de que todo el poder esta radicado en Hacienda? ¿Qué cosa útil hace el ministerio de Bienes Nacionales que no lo pueda hacer una Subsecretaría dependiente del ministerio de Vivienda? (así ocurrió por lo demás durante el gobierno de Lagos). ¿Qué función cumple el ministro de Minería que no pueda ser desempeñada por un funcionario de Cochilco, fuera de ser Presidente del Directorio de Codelco, lo que es un absurdo ya que la empresa es del Estado y no necesita dos jefes. Ya se habla incluso del ministerio del Turismo, como si Sernatur no lo estuviese haciendo muy bien.¿De qué ha servido haber transformado a la Conama en ministerio? ¿mejoró el medio ambiente? ¿no es mejor una agencia independiente del Ejecutivo, del Congreso y de los partidos que evalúe los proyectos en su mérito sin estar sujeta a órdenes del gobierno de turno ni a las presiones políticas?Con cada nuevo ministerio nacen 15 Seremis y toda la burocracia adjunta nacional y regional, con el consiguiente gasto fiscal permanente en autos, choferes, viáticos, jefes de gabinete, secretarias y pitutos varios.Un estado eficiente es lo que Chile requiere. Más grande donde sea útil y mas pequeño donde sea necesario. En estos momentos debemos recordar la frase que reza “no hay nada mas inútil que hacer ineficientemente algo que no debió haberse hecho nunca”.

El desmoronamiento de un fraude

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Por Eduardo Ferreyra

Desde hace un año han comenzado a aparecer estudios con pretensiones científicas que intentan dar una imagen horrible sobre el futuro del clima de la Tierra. Su finalidad es estrictamente política: presionar a los políticos para que se aprueben las medidas que dicen detendría al calentamiento y al cambio del clima. El gigantesco negocio amenaza con hacerse humo.La innegable realidad de lo que está sucediendo en el mundo ha comenzado ha actuar como un elefante dentro de un bazar dentro del cuidadoso esquema montado por los grupos que impulsaron al fraude del calentamiento global catastrófico. La teoría del calentamiento causado por las actividades humanas está siendo rápidamente reducida a añicos por la dura realidad. Los pedazos de cristales del Bazar del Calenta-miento van cayendo uno a uno, y a veces de a docenas. El estropicio es descomunal.Esto a obligado a los “calentadores” a ingresar en una fase de “control de daño” que distraiga la atención de todas las evidencias del cambio que ha ocurrido en la actividad del sol; el ingreso a una fase fría de la Oscilación Decadal del Pacífico y el consiguiente enfriamiento del planeta; los registros de temperatura que muestran una detención del calentamiento y un descenso cada vez más pronunciado de las mismas; los tres últimos inviernos del Hemisferio norte con temperaturas que han quebrado récords de frío que llevaban es-tablecidas más de 100 años; el avance de numerosos glaciares en diversas partes del mundo… es decir, dar una simple mirada por la ventana y comprobar que el profetizado calentamiento no ha dado muestras de manifestar sus apocalípticas consecuencias.Esta situación es grave para quienes ven que sus intenciones de controlar la energía y los recursos natura-les del mundo se van disipando como humo en el viento. Grandes grupos de burócratas que estuvieron be-neficiándose de sus posiciones y de espléndidos viajes a lugares exóticos para reunirse en congresos anua-les y discutir las medidas que detendrían al supuesto calentamiento, están profundamente preocupados por el impensado final de sus carreras.También está sumamente angustiada la legión de científicos que, con sólo añadir a su solicitud de fondos para investigar cualquier tontería la cláusula “…y comprobar su relación con el calentamiento global,” veían como el dinero fluía sin cesar a sus cuentas de banco, asegurando que no tendrían que regresar a oscuros y olvidados laboratorios para trabajar de verdad en algo más útil para la humanidad.Y la desesperación ha cundido entre los especuladores que, como Al Gore y Maurice Strong, trafican con los famosos “bonos de carbono”, los “permisos para emitir dióxido de carbono,” y los funcionarios de gobierno que veían que un aumento generalizado de los impuestos, los costos de generación de energía, y las multas por no cumplir con las futuras regulaciones les pondría al alcance de sus manos fabulosas cantidades de dinero de los contribuyentes para ser usados a su particular y caprichoso arbitrio. Aquí se observa con cla-ridad el "Sindrome de los Dedos Pegajosos", donde algunos billetes que pasan por sus manos se les quedan pegados. Naturalmente, a nadie le gusta que el quiten el caramelo que estaban a punto de comerse, o le reduzcan los generosos ingresos que venían percibiendo.

 

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