Los Machuca Olvidados II

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Mi padre era un refugiado de la Guerra Civil española que exhibía orgulloso sus heridas de guerra, una de ellas durante los bombardeos de la Luftwaffe alemana, otra de bala en su pierna y su herida favorita: un pedazo de esquirla de granada en la espalda que nunca quiso extraerse . Un vasco de tomo y lomo que le había tocado pelear por el lado de los perdedores y circunstancialmente, aunque por razones distintas, había compartido trincheras con los republicanos.
Los pocos detalles que conocí de sus peripecias fueron a través de sus reuniones de veteranos mientras jugaban al mus en el Centro Vasco. Difícil saber de esta forma qué cosas eran realidades o leyendas. A nosotros se limitaba a decirnos que las guerras no son como nos la imaginamos, tampoco como en las películas y que por su amor a Chile, esperaba que nunca nos ocurriera. ¡ Se había convertido en un pacifista!.
Quizás por su estirpe o por sus experiencias, aunque muy cariñoso, fue estricto y riguroso y por lo mismo recuerdo como una de mis experiencias de mayor temor fué cuando el cura rector del Juan Bosco lo mandó llamar por mi pequeño error. En esa ocasión me quedé al lado de la multicancha del colegio mientras el cura con mi padre partieron caminando a través de ella. Mi temor se convirtió en desconcierto cuando a los pocos minutos escuché una gran carcajada y la cara de estupefacción del cura al ver semejante reacción. De todas formas el reto y los castigos en casa no los pude eludir.
Mi deseo de sentirme validado por él me condicionó a tomar mi nueva etapa en un liceo fiscal con la intención de mostrar que era “digno de su orgullo”. Con todas estas buenas intenciones llegué a mi primer día de clases cuando corría el año 1972.
Nuestra primera actividad fue una especie de “seminario informativo” para la ENU (Escuela Nacional Unificada) promovida por el rector de ese entonces, militante socialista quien propiciaría la “formación de hombres nuevos” gracias al nuevo modelo educacional.
Mi primer contacto con esos “hombres nuevos” fue precisamente a la salida a recreo con los muchachos del FER (Federación de Estudiantes Revolucionarios) en los pasillos con cascos de mineros y gritando consignas. ¿Ese era el hombre nuevo en el que me convertiría?. ¿Qué le iba a decir a mi padre?.
Decidí en ese momento que no iba a permitir que eso me sucediera a mí. Decisión que determinaría el resto de los acontecimientos que no imaginé que viviría.
Para la siguiente jornada me preparé leyendo el proyecto de la ENU y la Constitución de 1925 que nos regía en aquella época para exponer mi punto de vista. Esa fue la ocasión que me dejaría marcado en el liceo y además determinaría quiénes serían mi par de amigos que también habían llegado ese mismo año y quienes luego me enteraría que eran de Patria y Libertad. En ese momento sentí que yo era una especie de imán de problemas.

No sé si es por mi forma de relatar todo esto, pero acabo de darme cuenta que necesitaré un “Machuca Olvidados III

Los Machuca Olvidados

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A sólo una cuadra de mi casa pasaba el micro de la línea Central Ovalle que me dejaba en Lira con Diez de Julio, a muy pocos metros del Liceo 10, en el que finalmente terminaría mi educación media, luego que mi padre me había dicho que no volvería a buscarme otro colegio después que me habían cancelado la matrícula en el Don Bosco por dibujar unos billetes de cinco escudos y pasarlos en el casino. Creo que me excedí invitando a medio curso, alentado por los buenos resultados iniciales.
Mi llegada al nuevo colegio determinó mi aterrizaje forzoso en el Chile real de aquellos tiempos, cosa que no habían logrado ninguna de aquellas tantas otras señales con las que convivía a diario y que casi había asumido como normales.
Ni las colas que a diario tenía que hacer para el pan , ni la cola de los días martes cuando llegaba el pollo, ni los titulares de los medios que cada vez más seguido publicaban las nuevas listas de precios oficiales de todos los productos básicos o no, habían logrado sacarme de mi mundo de experimentos, música y pequeños romances.
De vez en cuando me cuestionaba cosas como que los huevos costaban veinte escudos y que el precio oficial de los pollos era de sesenta escudos, o sea, tres huevos equivalían a un pollo. La causa era bastante lógica ya que el precio de los huevos era casi el único producto que no estaba sujeto a fijación y por lo tanto los podías hallar en todas partes, en cambio conseguir un famélico pollo los días martes era una verdadera aventura. Ni hablar de la carne, pues las carnicerías del barrio sólo abrían una vez a la semana que era el día en que llegaba ya que quedaban vacías el mismo día que era distribuída bajo férreo control de las JAP (Junta de Abastecimientos y Precios) con quienes podías salir de algún apuro el resto de la semana si tenías el dinero suficiente para pagar a precio de “mercado informal” o mercado negro como se le llamaba si no eras un “proveedor” del partido.
Mi barrio estaba justo al medio de lo que entonces se denominaba el “Cordón Industrial”, formado por importantes empresas que habían sido “intervenidas” por el gobierno para pasarlas a lo que denominaban “el área social de la economía” ente las que puedo recordar estaban Soprole, Sumar, Lucchetti, IRT, Sedilan y otras que olvido. Esta cercanía me había ayudado a familiarizarme con el sonido de las armas de fuego que todas las mañanas muy temprano, cuando salía de mi casa y esperar la llegada de la Central Ovalle, se oían desde dentro de las industrias a causa de las prácticas de tiro, que como según ellos decían, era para defendernos a nosotros, es decir “al pueblo”.
Mi barrio se llamaba Población Chile ( Vicuña Mackenna) y había nacido para dar habitación a los empleados que eran mandos medios de las empresas del cordón en los tiempos en que aún eran privadas. Nosotros llegamos posteriormente ya que mi padre le compró a uno de los tantos empleados que habían sido apartados de sus funciones para darle paso a otros encargados “que estuvieran más comprometidos con los cambios sociales” que requería el nuevo orden. Nosotros éramos uno de los pocos casos que no correspondían a unos ni otros.
Nada de ello tuvo el poder de afectarme tanto como mi nuevo colegio, pero bueno, como ya me extendí demasiado, esto será materia de mi siguiente posteo: “Los Machuca Olvidados II

CELEBRANDO EL CENTENARIO

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Campaña ecologista contra la humanidad rinde auspiciosos frutos

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James J. Lee, el año 2008 había declarado ante la justicia que se había inspirado en “Ishmael”, una novela del ambientalista Daniel Quinn, y en el documental “Una verdad Inconveniente” ( “An Inconvenient Truth”), de Al Gore para explicar la causa de su primer ataque al Discovery Channel en ese año.
James no quedó satisfecho con esa primera incursión y pensó que debía tomar medidas más radicales para influir en la programación del Discovery Channel ya que según él, este medio no dejaba los suficientemente claro que “los seres humanos son las criaturas más destructivas, sucias y contaminantes” y que el canal no hacía lo todo lo que debía para fomentar la esterilización y la infertilidad humana.
Le molestaba especialmente programas como “Kate Plus 8” sobre una madre y sus ocho hijos. que según su opinión promovía el crecimiento poblacional.

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Stephen Hawking, Dios, la ciencia y yo.

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Aquí a mi lado, permanece erguido mi telescopio astronómico fuera de su caja desde hace casi un mes, por adelantarme irreflexivamente a la época que normalmente acostumbro a montarlo, con todas las complejidades que involucra su ajuste, puesta a punto y de consultar la carta astronómica de esa fecha. Me dejé llevar por un día despejado de esos escasos que hay en esta época en Valdivia, y ocurrió lo que tenía que ocurrir: la ley de probabilidades, esa que yo había decidido ignorar, se interpuso entre yo y mis planes con una copiosa lluvia.
Decidí dejarlo armado como una actitud de rebeldía, una especie de “guerra de nervios” entre el clima y yo. Es que ya se ha transformado “en un asunto personal”.
En esos mismos días apareció una noticia en los medios en que Stephen Hawking prevenía sobre los “peligros de entrar en contacto con los alienígenas”, cosa que me sorprendió bastante por venir de alguien a quien admiro, que ha leido todos sus libros y que incluso fui a una de sus conferencias en Chile.

Me sorprendió porque normalmente los astrónomos y los que como yo somos sólo aficionados, consideramos todas esas historias de alienígenas, abducciones y marcianos construyendo pirámides, como charlatanería y más aún (vaya esto como consejo si se cruzan con un aficionado como yo) nos molestamos cuando nos preguntan cosas como: ¿y has visto con tu telescopio un platillo volador alguna vez?, nos confunden con ufólogos, o peor aún con astrólogos.
Pero a pesar de mi sorpresa, puse las cosas en su contexto ya que Hawking es hoy más que nada lo que se llama un “divulgador científico” como lo fue Carl Sagan y otros tantos que han tenido el mérito de acercar la ciencia a individuos comunes como yo (ciencia para dummies). De hecho sus últimas contribuciones a la ciencia se produjeron el 1982 con su propuesta sobre topología . Su contribución más importante a mi manera de ver es la demostración de que los agujeros negros pueden transmitir radiación (1970 ).
De allí trabajó como tantos otros grandes físicos en lo que es “la piedra filosofal de la física”: La Teoría de la Unificación” entre la relatividad general y la teoría cuántica.. También propone la existencia de objetos supermasivos que habrían aparecido inmediatamente después del Big Bang, cuya existencia se espera que pueda ser comprobada por medio de los experimentos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). lo que se ha llamado equívocamente como “la partícula de Dios”.
Ahora Hawking me sorprende nuevamente afirmando que de acuerdo a la ciencia, la existencia de Dios no sería compatible con los actuales avances en el conocimiento y es más, sería redundante.
En mi caso, he pasado una y otra vez de creyente a agnóstico y por desgracia, creo que a estas alturas no lo voy a resolver nunca y que seguiré oscilando entre ambos extremos. Definitivamente no es un tema resuelto para mí, pero creo que la ciencia,con todo lo que me gusta, no es el instrumento que me despeje esa incógnita .
Guardando las proporciones, me parece que Hawking está cayendo en el mismo problema que yo con mi desafío contra el clima.

Tiempo para Valdivia: Nublado y posibles precipitaciones.

 

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