La excepción a la regla: Si Tuvalu crece, su economía se hunde.

Otro doloroso traspié ha sufrido la calentología global, pero nada que no se pueda arreglar con algún “consenso científico” por aquí y otro por allá.
Ocurre que pruebas concluyentes han demostrado que la mayoría de las Islas del Pacífico Sur estudiadas han aumentado o a lo menos mantenido su territorio, a pesar de los vaticinios algoreros que pronosticaban su desaparición devoradas por el mar en unas pocas décadas producto del “calentamiento global”.

En efecto, la revista "New Scientist" ha publicado esta semana las conclusiones de un estudio de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, producto de la comparación de unas fotos de hace sesenta años con fotos satelitales de alta resolución .El resultado es que el ochenta por ciento de las islas observadas está igual o ha crecido; algunas se han agrandado de forma dramática, en un veinte o treinta por ciento.

Este grupo de islas ubicadas en Fiyi, entre las cuales se encuentra Tuvalu, han sido “las niñas símbolo” preferidas de los activistas y organizaciones como el IPCC para “sensibilizar” a los gobiernos y llegar a acuerdos como el Tratado de Kioto y la frustrada Cumbre de Copenhague.

El caso Tuvalu
Tuvalú es un conjunto de islas del pacífico mitad de camino entre Australia y Hawai. Es la nación independiente con el menor número de habitantes después del Vaticano (10.810 ). Sus principales actividades económicas hasta el siglo pasado se basaban principalmente en la agricultura , cria de cerdos y las estampillas.
Como toda nación que se precie tenía que estar en las Naciones Unidas, pero para ello, entre otras cosas, debía pagar y también tuvo que aceptar como condición votar a favor del protocolo de Kioto. Mal que mal, para la ONU y el IPCC, un voto es un voto. Esta última condición no era problema, pero pagar, lo que se llama pagar…
Pero como se dice por ahí: “a nadie le falta Dios”, su primer “Golpe de Fortuna” lo tuvo en el año 1998 cuando vendió la extensión “tv” para sus páginas web en 50 millones de dólares a la empresa norteamericana dotTV. Esto le permitió al pequeño estado su ingreso a las NU además de otras mejoras en infraestructura.
De pronto esta pequeña monarquía de ser una total desconocida se vió lanzada al estrellato, pasando a ser una vistosa protagonista de cumbres y eventos, usada repetidamente como ejemplo de una de las primeras emigraciones forzadas por culpa del Cambio Climático. La plata comenzó a fluir y todos lo Tuvaluanos felices. Sólo tenían que ir de vez en cuando a dar testimonio de su dramática situación a los foros calentólogos y manifestarse como un estado cuya existencia dependía de la firma de cualquier tratado por disparatado que fuera. Incluso formaron parte de sendos documentales y películas como “Una Verdad Incómoda” de Al Gore, incluso exposiciones en museos.
Las alianzas estratégicas de Tuvalu
Probablemente, los propios habitantes de Tuvalu se dieron cuenta mucho antes que sus islas se estaban agrandando (es que un 30% se nota pues). Por eso es que ni tontos ni perezosos han aplicado el principio de “no poner todos los huevos en una sola canasta”. Es así como obtuvo una buena suma de dinero por la venta de su voto a favor de Japón en la Comisión Ballenera Internacional, a cambio de “asistencias económicas”.