Copenhague y la extinción de una especie

|


Se suponía que los países pobres podrían ser conducidos como un rebaño al desfiladero de Copenhague y que firmarían ciegamente su decreto de extinción de acuerdo a los planes soñados de las organizaciones enemigas de la humanidad como la WWF, de magnates de la burbuja del mercado del carbono como Al Gore, financiados por el impuesto al carbono que deberíamos pagar todos por respirar, o de las ONGs caza-subsidios.
Finalmente, al parecer, la única especie en serio peligro de extinción terminaron siendo los profetas del calentamiento sobre quienes cayó un Armagedón llamado Climategate.
De no haber sido así, seguramente habríamos visto bajar desde las alturas de la cumbre de Copenhague al mesías Ricardo Lagos para arrojarnos sobre nuestras cabezas las nuevas tablas de la ley, para obligarnos a adorar a sus nuevos becerros de oro.

 

©2009 IDEAS PARA CONFUNDIR | Template Blue by TNB