En la primera versión del Premio Ruiz de Elvira, coincidente con el Día mundial del Medioambiente, Greenpeace ha sido nominado con toda justicia con el primer premio “Por 40 años de trabajo y lucha enconada en favor de su propia promoción y del entorpecimiento del progreso humano y su inmoral aprovechamiento “en caliente” de la catástrofe de Japón para difundir sus infantiles tesis antinucleares.”
Los tigres con piel de oveja
En el año 1999, Greenpeace usó la defensa del tigre americano (Yaguareté) como emblema para oponerse a la construcción de un gasoducto en Argentina.
Con una agresiva campaña-de esas que saben hacer tan bien estos muchachos- lograron reunir una importante cantidad de dinero con aportes de incautos, a través de tarjetas de crédito y todo tipo de donaciones.
Supuestamente los fondos serían usados para hacer seguimiento al felino en peligro mediante collares satelitales. Como los fondos reunidos no fueron pocos, también les alcanzó para comprar una camioneta, teléfonos satelitales y otros juguetitos con alta huella de carbono.
El proyecto iba de viento en popa e incluso apareció en el Discovery Channel en el año 2002, hasta que apareció uno de esos que llamamos arrieros denunciando a Greenpeace por no haberle pagado el dinero acordado por pasear los collares en sus caballos.
El indignado individuo se fue de boca y dijo que en esos cerca de dos años, las señales también habían sido emitidas por otros animales como terneros, a quienes se les habían puesto los collares.
Expertos en efectos especiales
La otra diablura, también tuvo tan nobles motivaciones como la primera. Esta vez se trataba de salvar a las